sábado, 18 de junio de 2011

LAS MANOS ABIERTAS



En mis manos pusiste tu vida, depositaste tu voluntad,
 en ella tú entregaste, una gran responsabilidad he 
asumido al recibirte, cuantos sueños, cuantas fantasías,
 cuantas ilusiones puestas, en ellas depositaste, para
 poderlas compartir y poderlas realizar, unas manos 
abiertas que te acogieron, sin pedir nada a cambio solo
 poderte dar la máxima felicidad, la máxima compresión,
la realidad de la vida que llevas dentro de tu interior 
poderla escenificar, realizar, vivir y lo más importante
 identificarte con ella y disfrutarla sin más, unas manos
 abiertas donde poderte apoyar, donde poder reposar en
 los momentos difíciles de la propia vida, que te llenen de
 seguridad, de sosiego, de paz, de confianza y tranquilidad,
 esas manos estarán abiertas hasta que tú por tu propia
 iniciativa desees volar, abandonar el nido, porque a ellas 
no te atara nada, solo tu propia decisión de estar, o de
 marcharte según considere tu voluntad, porque realmente
es lo más importante darse sin que nada ni nadie te pida lo 
que tú debes de realizar, lo más hermoso, lo más bellos es
 comprender que realmente lo que importa en la vida no son
 los demás por que es un ir y venir de persona que algunos
 nos aportan vivencias, que nos instruyen en muchas maneras
 y nos marcan en otras, pero es como las horas del día pasan
 y ninguna al final se queda son recuerdos que nos forman la
 vida, aun que la verdadera realidad somos nosotros los que
 si nos quedamos, si depositamos en las manos de alguien 
nuestra vida, que le solicitemos que las abra para podernos
 apoyar, disfrutar de esos instantes de felicidad que no son 
tantos por desgracia,  por que realmente esos instantes nos
 dan fuerzas para continuar viviendo y estar en las manos
en las cuales depositamos nuestras vida y voluntad, hace un
tiempo una sola y única persona me pidió que las cerrara para
ella, no quería mas volar, porque se moría por la muerte de 
un familiar, la comente que las manos cerradas son una cárcel
en vida, mas con el tiempo lo entendió abrí mis manos y voló
esa es para mí la mayor felicidad, de ver que logro disfrutar
de su propia voluntad y no penso en  la de los demás, si no
en su propia felicidad.

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